En esta entrevista, Emilia Serra realiza unas detalladas preguntas al presidente de la fundación y nos da a conocer los entresijos de ‘Fundación Maternal’. También conocemos un poco más de él y lo que conlleva este gran proyecto.
¿Cómo se definiría como profesional?
He dedicado casi 30 años a intentar comprender el desarrollo infantil, me apasiona contemplar un fenómeno tan increíble, en sólo unos años, partiendo desde un par de células se construye toda una persona. Soy un psicólogo del desarrollo.
¿Se definiría más como Investigador, Psicólogo Clínico ó Profesor Universitario?
Siempre me he visto obligado a ser un profesional multitarea y creo que gracias a ello he podido integrar en mi mente la necesidad de cuidar de la infancia, asegurándome que tomaba decisiones fundadas en conocimientos científicos; pero también ha sido para mí una obligación (y una vocación) trasladar a los que empiezan en su trabajo, todo aquello que a mí me ha servido. En definitiva, comencé como psicólogo clínico infantil, luego la investigación se hizo necesaria buscando las respuestas que necesitaba para dar coherencia a mi trabajo, y finalmente, la experiencia acumulada me llevó a la docencia. Creo que he reunido un legado que debo entregar a los jóvenes profesionales.
¿Qué es la EDA?
La Escala de desarrollo armónico es mi contribución a la comprensión del desarrollo infantil. Los padres y los profesionales pueden utilizarla y contemplar el proceso de desarrollo como yo lo fui aprendiendo de primera mano, jugando y evaluando el desarrollo de cientos o miles de niños y niñas de todas las edades, en escuelas infantiles, colegios de Primaria, centros de estimulación o aulas de educación especial.
¿Cómo comenzó la construcción de la EDA?
Desde el primer día, en 1986, evaluaba el desarrollo de los niños con herramientas que no me servían para comprender verdaderamente la compleja dinámica de este proceso. Hacía mediciones de aspectos parciales y las herramientas se me quedaban cortas cuando el niño crecía. En los primeros años 90 tomó forma en mi cabeza un proyecto de regla de medida que de ninguna manera pude sospechar que llegaría a materializarse y que un día tomaría vida propia, demostrando cualidades que no estaban para nada en el proyecto original. Comencé a escribir el comportamiento que observaba en los niños y niñas agrupándolo en 10 funciones diferentes, abarcando las áreas físicas, perceptivas, comunicativas y de autonomía. Seguí durante años la evolución que experimentaban, preguntándome qué momentos de cambio marcaban una frontera entre etapas, y finalmente construí la matriz evolutiva –tabla de doble entrada que recoge 20 niveles de edad entre el nacimiento y los doce años–, que rellené con 800 hitos que se pueden observar en el desarrollo. Una sorpresa mayúscula fue que cuando comencé a trazar perfiles evolutivos sobre la matriz, comprendí que las disarmonías del desarrollo podían condicionar la evolución general o los momentos de cambio, y lo que hasta entonces habían sido perfiles gráficos, yo los vi como algoritmos numéricos mediante los que se podría explicar el curso del desarrollo individual. De ahí a sintonizar con las teorías de sistemas, que describen los mecanismos dinámicos del cambio, todo fue rodado. A principios de este nuevo siglo, la EDA ya tenía forma y se desvelaba como una herramienta adecuada para ilustrar los avances teóricos de la psicología del desarrollo.
¿A qué atribuiría que su Tesis haya “salido” de las bibliotecas al mundo social?
Mi Tesis no estuvo motivada por una iniciativa académica, sino por la urgencia de encontrar respuestas para las necesidades profesionales de un psicólogo clínico del desarrollo infantil. Cuando estás trabajando con los niños y con sus padres tienes que explicar, orientar y resolver infinitas cuestiones. Cuando eres novato te angustias y te mueves a toda velocidad para aprender. La EDA no salió de la Universidad, nació para servir al desarrollo y cuando la leí como Tesis hizo su entrada en el mundo académico.
¿Considera que hay características personales que han contribuido al presente y al futuro de la EDA?
Si por “personales” entendemos la creatividad, el inconformismo, la rigurosidad, la tenacidad…, algunos me han dicho que yo soy así. Me gusta decir que nací trabajando y en ese sentido he pasado etapas de mi vida en las que no he tenido límite, seguramente porque me arrastra la pasión por lo que hago. La verdad es que siento que la EDA es una hija que he tenido y me parece razonable que tenga cosas de mí.
¿Con qué recursos personales y/o económicos ha contado en la proyección de la EDA?
A la EDA he dedicado décadas de mi vida y dedicaré las que me queden. Es cierto que todo el proyecto se podría realizar en menos tiempo con una buena inversión económica, pero no se desarrollaría con el sentido y la calidad que lo está haciendo. En resumen, los recursos son: mucho trabajo, muchas personas, mucho tiempo y poco dinero.
¿Qué es la Fundación Maternal Crecer en Armonía?
La empresa que hemos constituido entre todos los que creímos que la EDA era un proyecto necesario para la sociedad. Necesitábamos una fórmula legal que protegiera a la Eda contra los especuladores que pudieran desvirtuar su misión de servicio como herramienta de prevención del desarrollo infantil. La ausencia de ánimo de lucro y la participación voluntaria de profesionales comprometidos con el proyecto, nos llevó a constituir una fundación y dotarla patrimonialmente con todos los derechos sobre la EDA. Encontrar un nombre para la fundación fue muy fácil ya que la madre de la EDA es la “matriz evolutiva” y de esa matriz nace la evaluación del desarrollo, lo que nos llevó al concepto “maternal”. La misma palabra Maternal Foundation en inglés y ya tenemos una identidad corporativa adecuada para todo el mundo.
Fco. Javier Abellán Olivares
Presidente y fundador de FM
Psicólogo clínico infantil y adolescente, docente de Desarrollo evolutivo en la Universidad de Murcia, creador de la herramienta principal de la fundación “Escala del desarrollo armónico”.
Emilia Serra
Patrona de Fundación Maternal
Catedrática de Psicología del Desarrollo en la Facultad de Psicología de la Universitat de València
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