Aumenta el acoso (bullying) en España

Uno de cada cuatro niños se ve envuelto en esta intimidante situación. Los centros, educadores y los propios padres que rodean a la víctima no tienen la suficiente atención ni los protocolos necesarios para actuar contra el acoso.

Un empujón en el pasillo. Ridículos motes por su peinado o forma de vestir. Risas cuando sale a la pizarra. Humillación en el recreo. En el colegio y el instituto coexisten diversas maneras de ejercer la violencia y sufrirla entre iguales, como también constan maneras de tratarla. Un compromiso que compete tanto a padres y profesores como a la comunidad educativa.

El acoso escolar o bullying trata de situaciones de violencia continua, física o mental, realizado por un niño/a o un grupo de niños/as y dirigida contra otro infante que no es capaz de defenderse a sí mismo. El número de casos de acoso de forma repetida en España aumenta un 1’6% , y un 5,7% que lo padece de forma ocasional. La Confederación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) revela otro dato preocupante: solo uno de cada tres menores es capaz de transmitir este drama a su familia. En el último año, desafortunadamente esta cifra ha ido en aumento, acumulando casos, y algunos incluso ocasionando el suicidio de diversas afectados.

Es en La Región de Murcia donde se concentra el mayor porcentaje de víctimas de acoso escolar con un 11%, y de acosadores 7,7%, según el estudio `Yo a eso no juego´recientemente publicado por la ONG Save the Children. Siguiendo de Andalucía, Melilla e Islas Baleares.

Actualmente, este desagradable fenómeno ha evolucionado con la tecnología.  Se da un alto porcentaje de ciberacoso o cyberbullying, llevando así esta amenaza se inició en el entorno escolar hasta en el teléfono móvil y el hogar. Los acosados reciben mensajes con insultos y amenazas, difusión de imágenes y vídeos humillantes, la marginación o exclusión de redes sociales, entre otras.

Las víctimas muestran indicios que podrían ser detectados por los padres o profesores, y ya que todos los afligidos sufren en silencio, los padres y educadores deben observar determinados aspectos:

  • Cambios de comportamiento. Muy ligado al estado de ánimo del niño, con cambios repentinos de humor, sobre todo cuando se acerca la hora de ir a la escuela y la negatividad hacia ésta. Acompañado de una disminución del rendimiento escolar.
  • Material escolar dañado o desaparecido, y pérdida del dinero. No quiere decir que esto sea síntoma de acoso, pero suele explicar en la mayoría de casos el acoso físico.
  • Alimentación. Baja autoestima, y una moral decaída da lugar al descontrol de la alimentación o a la ausencia de hambre.
  • Síntomas psicosomáticos. Puede tener continuos mareos, molestias y alteraciones gastrointestinales, confunde a los padres e incluso al propio niño.
  • Escasa vida social. Una pista clave para determinarlo con seguridad, no se relaciona con sus compañeros, no juega con nadie o no trae amigos a casa.

Aumenta el acoso (bullying) en EspañaEl problema es algo que concierne a toda la sociedad, pero sobre todo implica a los padres, a la víctima, a los acosadores y al centro educativo. Se trata de observadores pasivos: en muchas ocasiones, el acoso escolar es visible, pero tanto docentes como padres no intervienen en él, restándole la importancia que tiene y aumentando su gravedad. Los propios compañeros también ven estas persecuciones, pero por intimidación muy pocos lo denuncian a sus adultos. Por ello la solución o la explicación a este fenómeno no sólo debe buscarse en la persona que lo sufre, sino en la colectividad de testigos que, de forma consciente y proactiva, podrían ayudar a evitarlo y corregirlo.

El pasado mes de enero de 2016, el Consejo de Ministros analizó el borrador del Plan Estratégico de Convivencia Escolar, orientado a prevenir todo tipo de acoso y violencia desde la primera infancia. La revista oficial del Consejo General de la Psicología de España ‘Infocop’, entrevistó a Maite Garaigordobil, Catedrática de Evaluación y Diagnóstico Psicológicos de la Universidad del País Vasco, para conocer su opinión sobre este plan. Entre sus declaraciones, destaca el apoyo a un protocolo de actuación para prevenir hasta el caso más leve de bullying.

“Todos los alumnos y alumnas deberían participar en programas de intervención preventiva, con el objeto de que la prevalencia del bullying en todas sus modalidades sea la menor posible. Las intervenciones en ámbitos educativos se han demostrado eficaces.  En general, los programas que fomentan el desarrollo socio-emocional, que fomentan la tolerancia, la empatía, el respeto por las diferencias, el aprendizaje de técnicas para la resolución de conflictos pacífica, la cooperación…, inhiben la conducta violenta. En la escuela se debería implementar de forma sistemática programas para fomentar el desarrollo socio-emocional, la conducta prosocial, el desarrollo emocional, los valores (diálogo, tolerancia, igualdad, solidaridad…); programas que se apliquen semanalmente, como una actividad educativa más, que tengan como objetivo estimular el desarrollo humano” expone Maite en la entrevista.

La prevención es importante, pero también lo es la intervención clínica tanto para la víctima como para el agresor, ya que estos episodios pueden producir trastornos en su personalidad y traumas de cara al futuro. Crear un clima de confianza entre docentes y alumnos ayuda a que éstos hablen y hagan frente a este tipo de conflictos.

 

Referencias:

Save the children

Infocop

Salud y acoso escolar 

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